Cómo negociar el precio del alquiler: 7 trucos para pagar menos

Cuándo plantear la rebaja en el importe de la mensualidad y principales argumentos que puedes esgrimir para persuadir a tu casero.

Continúa tras el anuncio

Todo inquilino estará interesado en reducir al máximo el importe que, mes a mes, deba abonar a su casero. Del mismo modo, el arrendador tendrá la intención de rentabilizar tanto como se pueda el inmueble que tiene alquilado, de manera que, con total seguridad, será poco receptivo a asumir las distintas propuestas de rebaja en la mensualidad que sus arrendatarios puedan proponerle. Por lo tanto, ¿cómo debemos, como habitantes de una vivienda de alquiler, proponerle a nuestro casero una disminución en la renta? ¿En qué momento del año será más probable que este acepte una sugerencia así?

Cómo calcular cuánto deberías pagar de alquiler

Entre los economistas está extendida la regla del tercio o del 30% que establece que, para que una persona pueda vivir de manera holgada y sin excesivas limitaciones, el importe que destina a los pagos directos de su vivienda (ya sea en alquiler o a través de una hipoteca) no debe superar una tercera parte de sus ingresos mensuales. Por lo tanto, cuando vayas a llamar a tu casero para proponerle una disminución en la renta, intenta que la rebaja planteada se atenga a la esta regla económica.

De hecho, si el importe que destinas actualmente al pago de tu renta supera este porcentaje (rondas el 40% ó 50% de tus ingresos netos), puedes utilizar tu situación como argumento a tu favor.

Qué debes hacer antes de llamar a tu casero o inmobiliaria

Por más que pueda parecer evidente, es necesario apelar a la prudencia y a la paciencia. Negociar con la otra parte cuando los propósitos son opuestos (el inquilino persigue una rebaja, mientras que el casero busca mantener o subir la mensualidad) es siempre un asunto escamoso y que puede generar estrés y conflictos. Por lo tanto, antes de descolgar el teléfono, genera un discurso coherente, que se apoye en argumentos sólidos a los que tu interlocutor no pueda plantear réplicas que desmonten tu petición.

Conviene que rastrees el mercado inmobiliario para estar al tanto de su situación actual y que, además, te hayas leído el contrato de arrendamiento que tengas firmado con tu casero para no incurrir en ningún tipo de ilegalidad o error al plantearte las opciones que tengas en mente.

Continúa tras el anuncio

Busca, sobre todo, aquellas cláusulas que puedan penalizarte como negociador. Recuerda que, en ocasiones, se establece que la renta no es negociable. De ser este tu caso, lo más probable es tu casero se acoja a lo firmado en contrato y se niegue a ejecutar rebaja alguna.

Cuándo solicitar una rebaja en el contrato de alquiler

En toda negociación es esencial saber cuándo debemos arriesgar y cuándo debemos ser conservadores. Nuestro objetivo es situarnos en una posición favorable y, por ello, controlar los tiempos debe ser algo prioritario. Por eso, dos son los momentos en que debes contactar con tu casero si quieres plantearle una rebaja al importe de la renta que tienes establecido:

  • Cuando el contrato esté próximo a vencer. Recuerda que, para evitar penalizaciones, debes comunicar a tu casero la intención de abandonar la vivienda con, al menos, 30 días de antelación. Por lo tanto, quizá cuando resten menos de 2 meses para que el contrato expire, será un buen momento para plantearle que, en efecto, quieres renovar, pero no a cualquier precio.
  • Cuando haya una caída en la demanda de alquiler. En todos los municipios españoles el mercado de alquiler tiene movimientos cíclicos. Periodos del año en que la demanda es muy alta y, por tanto, los precios suben, y otras épocas en que la mayor parte de las personas interesadas en alquiler ya han encontrado vivienda y los propietarios de los inmuebles libres se ven ante la tesitura de tener que bajar los precios o enfrentarse a asumir un año sin inquilinos. Si le planteas en una de esas épocas a tu casero que, de no bajarte la renta, es muy posible que debas irte, seguramente analizará pros y contras y se muestre receptivo a llegar a un acuerdo.

Mejores trucos para pagar menos

El estado de la vivienda deja que desear

Han pasado los años, llevas varios viviendo en el mismo inmueble y, pese a que se conserva relativamente bien, hay algunos aspectos que son mejorables. Es posible que tú te hayas encargado de pintar periódicamente y hasta que, alguna vez, hayas tenido que ponerte manos a la obra para reparar un electrodoméstico o una tubería con algún escape. Y todo esto lo has hecho sin molestar a tu casero, porque sientes tu vivienda como propia y la cuidas como tal.

Por eso, aunque podrías haberle reclamado el importe de todas estas deficiencias al propietario argumentando que el arreglo de estas forma parte de sus obligaciones contractuales como arrendador, no lo has hecho. Pero, dado que la vivienda acusa el paso de los años, le haces ver a tu casero que es necesario realizar el ajuste correspondiente en la renta.

Eres el inquilino ideal

Este aspecto es esencial. Si algo preocupa a un casero es tener la tranquilidad de que su vivienda se encuentra en manos de unos inquilinos que la cuidan y conservan y que, además, no generan problemas o molestias al resto de integrantes de la comunidad de vecinos.

Continúa tras el anuncio

Si este es tu caso, no dudes en convertir esta en tu gran baza. Hacerle ver a un propietario que eres el tipo de inquilino que jamás genera el más mínimo conflicto entre sus convecinos, que no lleva a cabo actividades molestas y que respeta punto por punto lo establecido en el contrato, es la mejor manera de posicionarte en una situación favorable que hará plantearse a la otra parte hasta qué punto le compensa arriesgar a cambiar de arrendatarios si la rebaja en la mensualidad no es excesiva.

Tener de inquilino a un pagador puntual es una garantía

Todo propietario que decide poner en alquiler un inmueble, lo hace con fines lucrativos. El alquiler, aunque sea de manera circunstancial o temporal, se convierte en un negocio para el casero. Por tanto, recibir la renta de forma puntual es algo que cualquier arrendador valora de manera muy positiva. Si es tu caso, si eres un inquilino que nunca falla en el pago, recuérdaselo a tu propietario. Sobre todo, si ha habido épocas de depresión económica (la pasada crisis del 2008 o la reciente pandemia COVID, por ejemplo) y tú, pese a ello, has continuado ingresando tu mensualidad en los días fijados por el contrato de arrendamiento. Recuérdale, en suma, que tú nunca has faltado a tus obligaciones como arrendatario.

Seguridad en el largo plazo

Si positivo es para un casero tener un inquilino que sea buen pagador y que no le genere molestias, más aún lo será tener la garantía de que este no tenga interés en abandonar el inmueble a corto plazo. Si tus intenciones son las de mantener un arrendamiento de larga duración, subraya este aspecto en tu negociación. Transmítele al propietario que, quizá, una disminución menor en la renta se vea compensada con el hecho de saber que su vivienda estará en buenas manos durante un plazo de tiempo prolongado. Incluso puedes proponerle añadir algún tipo de penalización económica como anexo al contrato si decides abandonar tu vivienda antes de tiempo y tu casero ha accedido a rebajarte la renta.

Estado de mercado inmobiliario

El mercado inmobiliario es fluctuante. En función de la época del año, las rentas suben y bajan. Pero también está sujeto a las modas, al turismo y a factores socioeconómicos que repercuten en los alquileres medios de los inmuebles de unos u otros barrios. Aprovecha una época de depresión para negociar con tu casero y exponerle la necesidad de una rebaja. Además, no olvides que la subida del IPC en el alquiler de una vivienda también puede ser negativa y que, en tal caso, estás en tu derecho de solicitarle a tu casero la correspondiente disminución en la mensualidad.

Has encontrado algo mejor

Con frecuencia, los propietarios no son conscientes de las subidas y bajadas de los alquileres de la zona en la que tienen sus inmuebles. Ni tampoco de los nuevos pisos que hayan podido salir al mercado. Conviene, por tanto, que localices en tu entorno una vivienda de similares características a la tuya y que, obviamente, tenga una renta menor. Usa este nuevo inmueble como argumento para hacerle ver a tu casero que tienes a mano una vivienda parecida y más económica. Además, en el peor de los casos, si el propietario decide no ceder en la rebaja, siempre podrás cambiarte a este nuevo inmueble.

Continúa tras el anuncio

Sé flexible: contraoferta de alquiler

Es posible que, por más que lo hayas intentado, tu casero se niegue en rotundo a ceder en su posición y, bajo ningún concepto, acepte una disminución en la renta. Es ahora cuando deberás ser un negociador con cintura y plantear una alternativa final: la contraoferta de alquiler. Se conoce con este término a las posibles mejoras que podemos solicitar a nuestro arrendador sin que se produzca detrimento en el importe del alquiler. Pintar la casa, negociar que la otra parte asuma parte de los importes de los suministros o que se renueven algunos muebles y/o electrodomésticos son algunas de las bazas que puedes jugar si tu arrendador se niega a bajarte el alquiler. No habrás conseguido pagar menos, pero, al menos, habrás mejorado sensiblemente tu confort en el día a día.

Suscríbete
Notificación de
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios