Mantenimiento
Ya seas propietario o inquilino, en nuestra sección de mantenimiento descubrirás cómo arreglar algunos de los problemas más habituales de la vivienda: una mancha de humedad, una nevera que gotea, un váter atascado… Te contamos cómo hacer reparaciones sencillas y, lo más importante, a quién corresponde cargar con los gastos de las mismas.
Es posible descontar parte del importe de la fianza para destinarlo a labores de limpieza y desinfección del inmueble siempre que estas no hayan sido llevadas a cabo ya por el inquilino saliente.
Cuando se detecte una gotera en un piso de alquiler el primer paso será, siempre, notificar al propietario la situación para que, como titular de la vivienda, pueda coordinar con el vecino causante los pasos necesarios a fin de solucionar la falla.
Sólo se podrán realizar perforaciones en las superficies de una vivienda arrendada si se tiene el consentimiento del arrendador. En caso contrario, a la resolución del contrato, habrá que restituir paredes y techos a su situación original.
Como norma general, la persona causante de la avería será la encargada de gestionar su reparación y asumir los posibles costes que se pueden derivar.
El empleo de remedios caseros como el vinagre o el limón, junto con buenas prácticas, como la ventilación de los espacios en los que se fume, evitará que se perpetúen malos olores difíciles de eliminar.
Mantener limpia la campana extractora no sólo es necesario por una cuestión de imagen, sino, sobre todo, porque una campana sucia tiene un bajo rendimiento y, además, puede ser foco de incendios domésticos.
Para eliminar malos olores en el interior de una vivienda es esencial detectar la causa que los está provocando para, así, poder aplicar la solución más adecuada en cada caso. De lo contrario, estos podrían perpetuarse.
Todas aquellas que se hayan producido por la acción directa del inquilino, independientemente del coste de subsanación, o las derivadas de uso ordinario de la vivienda, serán a costa de arrendatario.
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, la sustitución de una caldera cuya reparación no es viable, afecta directamente a la habitabilidad de la vivienda y, por tanto, es obligación del arrendador asumir los costes asociados.
Todas aquellas averías que no se hayan producido por la acción directa del arrendatario o por el desgaste propio de su uso normal, serán a cuenta del arrendador, especialmente si tienen que ver con la seguridad y habitabilidad del inmueble.
La normativa actual permite a las partes llegar a acuerdos mediante los cuales el arrendatario se hace cargo de realizar una serie de obras en el inmueble a cambio de pagar menos alquiler o de vivir gratis durante un tiempo.
La superficie construida es aquella que encierra el perímetro de la vivienda, mientras que la útil se corresponde con los ámbitos accesibles y pisables por parte del inquilino.
Se considera una obra menor a aquella intervención que afecta a una parte reducida de la vivienda y que no implica modificaciones en su estructura o configuración global.
Para dilucidar quién debe asumir el arreglo de una ventana rota habrá que sopesar tanto las causas de la rotura, como el importe del arreglo.
En un baño se podrán acometer reformas de calado, si se cuenta con el acuerdo del propietario, o intervenciones menores que respondan al gusto del inquilino y que no sean de carácter permanente.
Para determinar quién ha de abonar los importes de la fumigación de una vivienda, será necesario saber si la plaga se ha producido antes o durante el arrendamiento.
Algunas acciones menores, como pintar las paredes, cambiar elementos del mobiliario o sustituir las lámparas por otras de diseño más moderno, pueden ayudar a dotar a la vivienda de un aspecto renovado.
Para desinfectar una vivienda se pueden utilizar tanto productos químicos industriales como otros elaborados de manera natural.
Utilizar buenos productos de limpieza, lavar la ropa sólo si esta está totalmente seca y sin sudor y tenderla tan pronto como la lavadora haya terminado, son las claves para evitar malos olores.
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Tener el váter atascado es una de las averías que más precisan de una reparación rápida. Pero ¿quién se encarga de un váter atascado en un piso de alquiler? ¿Quién debe encargarse de desatascarlo y pagar la reparación?
Las pequeñas reparaciones y los desperfectos derivados del uso son responsabilidad del inquilino, pero, si la caldera o la instalación son deficitarias, será el propietario el encargado de proponer una solución.
Es muy habitual que tanto arrendadores como inquilinos se pregunten: ¿a quién corresponde el pago del seguro de la vivienda alquilada? Y en segundo lugar: ¿es obligatorio contratarlo?
Cuando algo se estropea en un piso de alquiler, siempre surge la duda de quién tiene que correr con ese gasto. ¿Quién paga un grifo roto en un piso de alquiler?
Si el fallo deriva de un mal uso de la instalación, el inquilino deberá asumir la reparación; en caso contrario el desembolso corresponderá al propietario.
El pago de daños por incendio en vivienda alquilada suele ser responsabilidad, en la mayoría de casos, del inquilino (pero no siempre).
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