Un fregadero atascado es siempre un engorro. Provoca malos olores y puede derivar en fugas en la instalación de recogida de aguas. Además, si el atranque es consecuencia de malas prácticas por parte de los usuarios, volverá a repetirse en el tiempo, y muy seguramente, derivará en averías mayores y más costosas, para cuya solución será necesario recurrir a especialistas. Te contamos con todo detalle cómo evitar que el sumidero de tu fregadero deje de funcionar correctamente y qué debes hacer si notas que el caudal de recogida de aguas se ha visto mermado últimamente.
Cómo evitar que tu fregadero se atasque
Como suele decirse, la mejor manera de solucionar un problema es evitar que ocurra. En el caso de los fregaderos, además, es relativamente sencillo prevenir que sus desagües se atoren. Si pensamos un poco en las causas que provocan sus averías, las soluciones son inmediatas.
Si alguna vez has mirado la forma que tiene la tubería que recoge el agua sobrante de tu fregadero, habrás comprobado que tiene un pequeño codo o giro de herradura. Este extraño diseño tiene como finalidad retener parcialmente el agua. Así se evita que esta caiga de golpe en las tuberías generales de la instalación, provocando el desplazamiento súbito del aire interior y generando ruidos y empujes en sus paredes. A este efecto se lo conoce como golpe de ariete y es especialmente molesto en los saneamientos de los baños, sobre todo en viviendas de varias plantas y bloques de viviendas.
Si no somos muy cuidadosos al fregar, algunos deshechos de las comidas se filtrarán por la rejilla del sumidero y se acumularán precisamente en esa curva en herradura. Al principio, al depositarse al fondo de esta, solo se verá disminuida la sección eficaz de la tubería y, en consecuencia, su capacidad de evacuación. Inicialmente, no notaremos nada, pero, pasadas unas semanas, nos daremos cuenta de que al fregadero ‘le cuesta tragar’. Tras unos meses, muy seguramente tendremos un atranque serio.
Para evitar esta situación, debes seguir las siguientes recomendaciones:
- Limpia a conciencia tus platos antes de meterlos en el fregadero. Usa un trapo o papel de cocina, evitando, así, que queden restos gruesos de alimentos o de salsas espesas.
- No utilices el fregadero como papelera. Algunos productos, como el café molido, por su composición granular tienden a desaparecer fácilmente por el sumidero, así que es habitual que, cuando limpiamos la cafetera, tiremos los restos de la carga anterior por el fregadero. El problema es que este tipo de alimentos (al igual que las harinas o los restos del pan, por ejemplo), tienden a acumularse en las curvas y giros de las tuberías; además, se secan rápido y, al hacerlo, se aglutinan entre sí, formando una especie de piedra de sedimentos que es muy difícil que desaparezca en si no es mediante procedimientos específicos. Lo mismo ocurre con los aceites que, al enfriar, tienden a solidificarse.
- Coloca filtros en los sumideros. No todos los desagües son iguales, por lo que habrás de elegir una rejilla o filtro adaptado al tipo que tengas en casa. No obstante, todos son fáciles de conseguir y no suelen costar más de 5’00€.
- Del mismo modo que, cada cierto tiempo, dedicas una tarde a descongelar tu frigorífico o congelador, haz un mantenimiento periódico de tu fregadero. Aunque no notes nada raro, una vez al mes conviene tapar el fregadero y llenarlo de agua caliente para, después, quitar el tapón y dejar que todo el agua se cuele de golpe. Así conseguirás que los posibles restos que se hayan empezado a acumular desaparezcan por completo.
Mejores formas de desatascar un fregadero atascado
Si, pese a que has intentado ser cuidadoso, notas que un mal olor proviene del fondo de tu fregadero o, peor aún, cuando friegas, detectas que el sumidero ‘no traga’, prueba a solucionar tu pequeña avería con alguno de los siguientes trucos.
Descargas de agua de gran volumen
Como hemos comentado antes, lo primero que debes probar es llenar totalmente tu fregadero con agua caliente (esto es muy importante, ya que ablandará las posibles solidificaciones que se hayan acumulado y facilitará que se desquebrajen) y, opcionalmente, con un poco de sal disuelta. Puedes, incluso, añadir algún tipo de sustancia ácida que tengas por casa (vinagre, jugo de limón exprimido, una cocacola o, en pequeñas cantidades, lejía). Una vez tengas el fregadero lleno, quita el tapón y deja que la masa de agua presione la tubería; comprobarás que, inicialmente, el nivel bajará lentamente, pero, pasados unos segundos, muy seguramente lo hará mucho más rápido.
Chupacharcos
Si el procedimiento anterior no es suficiente, puedes colocar un chupacharcos sobre el sumidero. Con cada empuje que realices, estarás presionando la columna de agua, que actuará como ariete arrastrando la suciedad acumulada. Si no tienes un chupacharcos a mano, siempre puedes simular un efecto parecido, aunque menor, con la palma de tu mano.
Bicarbonato y vinagre
Se trata de un remedio tradicional pero bastante efectivo. Echa media taza de bicarbonato en el sumidero de tu fregadero. Para ello, en el caso de que haya agua, deberás esperar a que esta se cuele por completo. Vierte una buena cantidad de vinagre sobre el bicarbonato y pon el tapón. Después de dejar actuar unos 15 minutos, retira el tapón y vierte una olla llena de agua caliente. Comprobarás que, mágicamente, tu fregadero vuelve a ‘tragar’ como el primer día.
Alambre desatascador
Si ninguno de los procedimientos anteriores ha tenido éxito, es debido a que el atranque es serio y debemos pasar a soluciones más complejas. En este caso, debes desmontar la rejilla del sumidero (basta con retirar el tornillo central y la propia rejilla) para poder introducir el alambre desatascador con el que empujarás los posibles cúmulos de restos que haya en las tuberías. Esta útil herramienta suele costar unos 10’00€, por lo que siempre conviene tener una en casa.
Desmontar la tapa inferior de la tubería
Si ya has mirado la curva en herradura que antes mencionábamos, habrás visto que suele llevar una tapa roscada en la zona más baja de la curva. Precisamente está pensada para poder liberar atranques producidos en los primeros tramos de la instalación. Así que coloca un cubo o barreño debajo, libera la tapa lentamente (pueden caer trozos de comida y suciedad o, directamente, agua) e intenta retirar los restos acumulados. De nuevo, puedes hacer uso de un alambre desatascador.
Quién tiene que desatascar un fregadero atrancado
Al igual que ocurre con las posibles humedades que surjan en las paredes de nuestro piso de alquiler o con las cuestiones relativas al mantenimiento de la caldera, siempre es un asunto controvertido determinar quién debe solucionar el atasco de un fregadero. La respuesta a esta pregunta viene recogida en el artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos; en concreto, en su apartado 4, especifica que, por norma general, será el inquilino el que habrá de responsabilizarse de su arreglo, al tratarse de una avería normalmente menor y, con frecuencia, desencadenada por el uso cotidiano del inmueble.
4. Las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo del arrendatario
Es importante subrayar aquí que, en el caso de que sea necesaria la intervención de un profesional cualificado, en base a lo expuesto, los costes correrán a cargo del inquilino.
Cuánto cuesta que un profesional desatasque un fregadero
Aunque es complejo dar un precio único, podemos asegurar que desatascar un fregadero tiene un coste base que puede ir desde los 70’00€ a los 200’00€. Esta horquilla tan amplia tiene su justificación en que no todas las averías tienen igual solución. Recuerda que gran parte del importe asociado a los servicios de fontanería se deriva de la mano de obra, lo que obviamente, se traduce en una mayor cantidad de horas de trabajo.
Las averías menores, esas que, siguiendo nuestros consejos, pueden solucionarse fácilmente, rondan los 100’00€. Pero, si ya has probado todas y, aún así, el fregadero sigue atrancado, casi con total seguridad se tratará de un atranque serio que tendrá un coste mayor.
Además, debes tener en cuenta que los profesionales suelen incrementar sus tarifas si se trata de urgencias o cuando han de desplazarse en festivos, fines de semana o durante las horas en que están de guardia.