Pintar radiadores: guía completa y mejores consejos para un acabado perfecto

Pintar los radiadores de una vivienda es una tarea relativamente sencilla que toda persona puede realizar consiguiendo resultados profesionales si se tienen en cuenta algunos consejos críticos.

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Reformar un piso de alquiler sin llegar a hacer obras es una de las necesidades que algunos inquilinos siempre tienen a fin de conseguir generar un espacio personal con el que sentirse identificados. Entre los cambios más habituales que se suelen aplicar, está el de pintar las habitaciones, lo cual lleva, de forma irremediable, a tener que calcular cuánto cuesta pintar íntegramente un piso, sea de alquiler o no. Los radiadores, por su parte, suelen ser los grandes olvidados en estas cuestiones; al ser elementos que trabajan a altas temperaturas y que están conectados con los circuitos de agua de la vivienda, generan cierto miedo y reticencias en los propietarios e inquilinos. Sin embargo, la realidad es contraria; a continuación te contamos cómo pintar los radiadores de tu vivienda consiguiendo un resultado profesional.

Cómo pintar un radiador como un profesional

Aunque pueda parecer una tarea compleja y que requiera de la intervención de profesionales, la realidad es bien distinta. Lo primero que se debe hacer, especialmente si se opta por pintar los radiadores mientras estos están colgados en su posición habitual (cosa aconsejable si no se tienen conocimientos de fontanería y, por lo tanto, se desconoce cómo cerrar el circuito de agua de la calefacción), es proteger la zona circundante para evitar que se pueda manchar con brochazos inesperados.

Una vez garantizada la protección del entorno, los siguientes pasos serán los que se enuncian a continuación:

  • Limpiar la superficie. Utilizar, para ello, un trapo húmedo para eliminar todo el polvo que esta pueda tener; para estas labores, también se puede utilizar una disolución con alcohol de limpieza. Es importante prestar especial atención a los huecos entre columnas y la parte trasera del radiador, donde se puede emplear una paletina o un cepillo largo.
  • Eliminar grasa y óxido. Si la superficie está afectada por la grasa o el óxido, aplicar la pintura de forma directa no es inteligente, ya que esta no agarrará y terminará por desprenderse. En estos casos, habrá que recurrir a productos desengrasantes y/o desoxidantes.
  • Lijar el radiador. Así se logrará una mejor imprimación de la pintura. Para ello, se usará una lija de grano fino (P400-P600) que se podrá aplicar de forma manual o mediante un disco eléctrico.
  • Pintar el radiador con esmalte al agua o un esmalte para radiadores. Estas pinturas son capaces de soportar los 90ºC que alcanza un radiador en funcionamiento. Para aplicarlas, conviene utilizar un rodillo pequeño de microfibra o de velour para pintar las láminas frontales y la parte superior y una brocha pequeña para pintar las esquinas y las partes más pequeñas del radiador.
  • Aplicar una segunda mano. Si se trata de esmalte al agua, pintura acrílica o específica para radiadores, habrá que esperar 4-6 horas; si el esmalte es sintético, 24 horas.

A continuación, dejamos un vídeo resumen de Leroy Merlin en el que se muestran, paso a paso, todas las indicaciones que acabamos de comentar. Recuerda, además, que todos los productos mencionados en el vídeo pueden comprarse en la tienda online de Leroy Merlin.

Cómo pintar radiadores sin quitarlos

A todo lo comentado hasta ahora, si no se descuelgan los radiadores, se añadirá la dificultad de llegar a las zonas ocultas que quedan entre la parte posterior del elemento y la pared. Por un lado, en esta situación habrá que proteger la pared que no se quiere manchar con la brocha o el elemento que se utilice para tratar las zonas menos accesibles.

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Además, será siempre conveniente utilizar una paletina curvada de mango largo. Se trata de una brocha en ángulo que permite que las cerdas lleguen a lugares que con una de las convencionales serían imposibles de pintar. Obviamente, el uso de estas herramientas específicas es compleja y requiere de paciencia; también será aconsejable tener una linterna a mano que permita certificar que se están cubriendo todas las partes no visibles.

Pintar un radiador con spray: qué debes saber

En este caso, los pasos son similares a los que se han explicado a la hora de pintar con rodillo o brocha. Aquí, lógicamente, debido a que el espray, a diferencia de los medios manuales, no puede manipularse para aplicarlo en zonas ocultas, conviene quitarlos de su posición habitual. Una vez descolgados, habrá que buscar un espacio amplio y aireado que cubrir con telas, plásticos o papeles para que se pueda aplicar la pintura en aerosol sin miedo a manchar otros elementos.

Una vez se tiene preparada la estancia, los pasos lógicos son los siguientes:

  • Limpiar la superficie. Lo ideal, de nuevo, es aplicar alcohol de limpieza con una bayeta para poder eliminar el polvo y la suciedad. Así se facilitará la adherencia de la pintura y se evitará que esta tome un tono amarronado o grisáceo.
  • Aplicar una pintura de radiadores en color blanco. Para ello, se elegirá una pintura específicamente pensada para fundición o aluminio. Además, habrá que seguir las siguientes pautas:
    • Agitar el bote durante 1 minuto, como mínimo. Así lograremos que los componentes se unan y que la pintura, al aplicarse, sea efectiva. Este tipo de botes suelen incluir unas bolas mezcladoras en el interior cuyo sonido característico será la prueba de que la mezcla se está produciendo.
    • Pulverizar de manera homogénea a una distancia de 20/30 cm.
    • Se debe evitar que se produzcan goterones y bolsas de pintura.
    • El movimiento de la mano debe ser pausado, con trayectorias verticales u horizontales.
  • Esperar 15 minutos para garantizar que la superficie esté seca antes de dar una nueva mano.
  • En el caso de que se quiera dar un toque de color, para la segunda capa se podrá elegir un tono más colorido, como el amarillo o el naranja.

A continuación, dejamos un vídeo resumen en el que se explica cómo pintar un radiador con espray.

Qué pintura usar para pintar un radiador con brocha o rodillo

Si pensamos que cualquier pintura es válida para renovar la apariencia de nuestro radiadores, muy seguramente estemos equivocados. No debemos olvidar que se trata, en primer lugar, de elementos metálicos, por lo que la pintura deberá ser una compatible con este material. Además, debido a las altas temperaturas a las que trabajan, será aconsejable que se trate de un tipo de producto capaz de difundir el calor sin que su apariencia se vea afectada, sin que se produzcan desconchones ni pompas o hinchazones localizados.

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En general, además de esas apreciaciones, las pinturas deben cumplir con las siguientes exigencias:

  • Base acrílica. La resistencia al agua de este tipo de pinturas es la misma o superior a una sintética. Además, su olor es menos intenso, lo cual es muy conveniente cuando el pintado se ha llevado hace pocos días.
  • De aplicación directa. Al tratarse de materiales metálicos, es habitual que se deban aplicar imprimaciones previas, que pueden, además, a que haya que lijar la superficie con anterioridad. Si se quiere evitar este paso, existen pinturas de aplicación directa. Eso sí, hay que tener en cuenta que no siempre se pueden aplicar, ya que requieren que la superficie del radiador esté en buen estado.
  • Gran resistencia. Los radiadores, debido a su situación (baja y próxima a ventanas y huecos en fachada), pueden ser objeto de golpes que dañen su superficie. Por ello precisamente, deberán usarse aquellas que resisten bien los impactos.
  • Lavable. Debido a su forma, los radiadores suelen ser acumuladores de polvo, por lo que será necesario lavarlos con trapos húmedos. La pintura, por lo tanto, debe ser susceptible de tratarse con agua sin verse afectado su acabado final.
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