Arrendador y arrendatario son los protagonistas indiscutibles de todo contrato de alquiler. Sin embargo, y dado que estamos ante dos términos muy parecidos, es habitual que haya confusiones entre uno y otro: ¿quién es el propietario y quien es la persona que alquila?
Diferencias entre arrendador y arrendatario, ¿son lo mismo?
Diferenciar entre el arrendador y el arrendatario es más fácil de lo que parece. A continuación te contamos cuáles son las principales diferencias entre uno y otro.
Básicamente, el arrendador es el propietario del bien arrendado, por ejemplo un piso o una plaza de garaje. En cambio, el arrendatario es la persona que alquila ese bien al arrendador, por ejemplo, el inquilino de un piso de alquiler.
Tanto el arrendador como el arrendatario tienen una serie de obligaciones y deberes que cumplir, pero también unos derechos que deben ser respetados por la otra parte.
Volviendo a la definición de los términos, la RAE define al arrendador como una “persona que da en arrendamiento un bien”, mientras que la definición de arrendatario hace referencia a esa persona que “toma en arrendamiento algo”.
Si miramos al Código Civil, veremos que la definición de ambos términos es la misma. El artículo 1546 del Código Civil explica “Se llama arrendador al que se obliga a ceder el uso de la cosa, ejecutar la obra o prestar el servicio, y arrendatario al que adquiere el uso de la cosa o el derecho a la obra o servicio que se obliga a pagar.”
Algunos ejemplos de arrendador incluyen una persona que cede el uso de su plaza de garaje a su vecino a cambio de una cantidad determinada o el propietario de un piso que lo alquila a una familia con niños. En estos ejemplos el arrendatario sería el vecino que adquiere el uso de la plaza de garaje y la familia con niños que acaba alquilando el piso.
Ten en cuenta también que tanto el arrendador como el arrendatario pueden ser personas jurídicas (empresas) o personas físicas.
¿El arrendador tiene que ser el propietario del bien a arrendar?
De base, el arrendador tiene que ser el propietario del bien arrendado. Ahora bien, es posible hacer una excepción solo si el arrendador cuenta con los poderes necesarios para alquilar el bien. Estos poderes deben recoger con toda claridad el permiso explícito del propietario del bien mediante un contrato.
En función de la relación y el acuerdo entre arrendador y propietario este contrato podrá ser de una forma u otra.
Por ejemplo, si eres inquilino, es perfectamente posible que tu arrendador no sea el propietario de la vivienda, pero eso no quita que tú relación con él sea la de arrendatario y arrendador.
De la misma manera, un arrendatario puede convertirse en arrendador si subarrienda parte del bien arrendado. Por ejemplo, el inquilino de una vivienda puede convertirse en arrendador si subarrienda una habitación a otra persona. Eso sí, tal y como indica el artículo 1550 del Código Civil, esto solo podrá llevarse a cabo siempre y cuando no lo prohíba el contrato de alquiler entre el arrendador y el primer arrendatario: “Cuando en el contrato de arrendamiento de cosas no se prohíba expresamente, podrá el arrendatario subarrendar en todo o en parte la cosa arrendada, sin perjuicio de su responsabilidad al cumplimiento del contrato para con el arrendador.”
El truco para diferenciar siempre al arrendador y al arrendatario
En un contrato de alquiler los términos arrendador y arrendatario aparecen docenas de veces, por lo que si no estás acostumbrado a lidiar con contratos de alquiler es normal que los términos “bailen” en tu cabeza.
Si quieres evitar tener que buscar en Google una y otra vez quién es el arrendador y quién es el arrendatario, presta atención: vamos a darte un truco muy sencillo para que puedas distinguirlos siempre. De esta forma podrás interpretar el contrato rápidamente y sin sorpresas.
Lo más fácil es usar una regla mnemotécnica basada en rimas:
- El arrendatario universitario (pensemos en un estudiante que alquila su primer piso).
- El arrendador alquilador (la persona que le alquila el piso al universitario).
Fácil, ¿verdad?
Ejemplos de arrendador y arrendatario
Veamos las diferencias entre el arrendador y el arrendatario con una serie de ejemplos.
Pilar es la propietaria de un piso en el centro de Madrid. Lo compró a buen precio y a decidido ponerlo en alquiler para sacarse un dinerillo. Es la arrendadora.
Sebastián acaba de mudarse a Madrid y ha encontrado el inmueble de Pilar anunciado en una web de pisos de alquiler. Después de hablar con ella, firma un contrato y le alquila el piso. Es el arrendatario.
Viviana ha puesto la plaza de garaje de su marido en alquiler y, aunque ella no es la propietaria de la misma, se encargará de gestionar el contrato y de cobrar las mensualidades. Es la arrendadora.
Víctor comparte piso en Barcelona con otras tres personas. Como solo estará en la ciudad durante unos pocos meses (lo que dura su máster) ha firmado un contrato de alquiler de temporada. Es el arrendatario.
¿Qué beneficios tiene el arrendatario?
Las ventajas de vivir de alquiler son muchas pero en general podemos destacar el derecho a disfrutar de una vivienda a cambio de una fracción de su coste, la flexibilidad respecto a dónde y cómo vivir, más libertad financiera a corto plazo y una mayor ausencia de cargas económicas (hipoteca, impuestos, comunidad…).
¿Qué tiene que pagar un arrendatario?
El inquilino se hace cargo de los siguientes gastos: la renta mensual pactada con el arrendador, los gastos de suministros (agua, luz, gas, Internet, teléfono…) acordados en el contrato, daños ocasionados por él mismo en el inmueble y, finalmente, gastos derivados del uso cotidiano de ciertos elementos de la vivienda (por ejemplo cambiar una bombilla).
¿Qué hace el arrendador?
El arrendador es quien a través de un contrato de arrendamiento cede el uso y disfrute temporal de un bien concreto a cambio de una determinada renta. En el caso del sector inmobiliario, el arrendador pone un piso, un local o una plaza de garaje a disposición del arrendatario, pactando para ello una serie de condiciones que regularán dicha cesión.